
Separado hace unos 15.000 años de Mallorca, el archipiélago de Cabrera constituye una de las zonas de mayor atractivo para los amantes de la naturaleza. La travesía hacia el pequeño puerto de la zona toma poco más de una hora, y desde este lugar comienza una verdadera aventura a lo largo de sus playas de arena, cuevas misteriosas, acantilados empinados y calas de ensueño.
Descripción general
En conjunto, el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera se encuentra compuesto por poco más 10.000 hectáreas, de las cuales casi el 90% corresponde al espacio marino, mientras el resto queda repartido entre 18 islas e islotes como Na Foradada, la Illa de l’Olló, la Imperial, Na Plana y la Illa des Conills, entre otros. La isla de Cabrera, enclavada al sur de Mallorca, posee unas 1.569 hectáreas de extensión.
En el año 1991, la región fue declarada como Parque Nacional Marítimo Terrestre, en parte gracias a la amplia diversidad de especies que en ella habitan, así como su elevada importancia para el ecosistema insular español. Además de lo anterior, este conjunto de islotes calcáreos sirve de refugio para un gran número de aves marinas y especies endémicas del litoral.
Un poco de historia
El nombre del archipiélago fue dado como consecuencia de las numerosas cabras montesas que pastaban en la región. La historia del archipiélago de Cabrera guarda también algunos datos interesantes, pues ha sido habitado por numerosas civilizaciones mediterráneas como cartaginenses, fenicios y romanos, estos últimos famosos por la elaboración del garum, una especie de condimento elaborado con tripas de pescado que, según los datos recogidos, servía como afrodisíaco.
Posteriormente, y tras el estallido de la Guerra de Independencia Española, el castillo de Cabrera funcionó como campo de concentración. En la batalla de Bailén, el recinto llegó a albergar hasta unos 9.000 franceses, los cuales permanecieron en el lugar durante cinco años, llegando a perecer dos tercios de estos prisioneros.
Templo de la naturaleza
Dejando atrás los azares de la historia, se hace importante destacar la gran riqueza natural del Parque Nacional de Cabrera, pues su rica diversidad comprende un gran número de especies endémicas, como por ejemplo la Rubia angustifolia, una lagartija balear que comparte espacio además con otras especies de arácnidos, coleópteros, crustáceos y gasterópodos a lo largo del archipiélago.
A su vez, las aguas que rodean cada uno de estos islotes contienen innumerables especies de peces (más de 200) e invertebrados oriundos de la zona como por ejemplo picudas, cigarrones, estrellas de mar, meros, corvinas y los siempre simpáticos delfines que nos darán la bienvenida desde el primer momento que zarpemos de Mallorca.
Por otra parte, las aves marinas también son grandes protagonistas de esta región, pues en total suman más de 150 especies repartidas entre acantilados e islotes, y de las que podemos destacar la gaviota de Audouin, el halcón común, la gaviota mediterránea, el águila pescadora, el halcón de Eleonora y numerosas pardelas cenicientas, paíños y baleares.
Finalmente, cabe mencionar la importante colección de plantas que pueblan la tierra firme de este Parque Nacional, destacando las orquídeas, el astrágalo de las Baleares, las sabinas, la tragamoscas y el hipericón balear, entre otros. Por si fuera poco, en Cabrera habitan cinco especies autóctonas de murciélagos.
Reconocimiento merecido
Teniendo en cuenta la riqueza natural antes descrita, no resulta extraño que el archipiélago haya recibido la categoría de Parque Nacional desde el año 1991, además de considerarse Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Tales distinciones han incluido a la zona dentro de la Red Natura 2000, y más recientemente Zona Especialmente Protegida de Interés para el Mediterráneo (ZEPIM).
¿Cómo llegar?
Durante los meses estivales, la isla de Mallorca ofrece una gran red de barcas turísticas, específicamente desde Portopetro en Santanyí o desde la Colònia de Sant Jordi (Ser Salines). Si el turista prefiere utilizar una embarcación propia, será necesario solicitar un permiso de navegación a la Dirección General de Medio Natural, Educación Ambiental y Cambio Climático. En caso de que se tenga intenciones de pasar la noche en el lugar, deberá solicitarse un permiso de fondeo.
Atracciones en el Parque
Una de las mayores atracciones del parque es el Centro de Interpretación de Cabrera, abierto todos los meses del año, excepto en diciembre y enero. Dentro del recinto podremos asistir a numerosas exposiciones que recrean la vida marina y terrestre de la región, además de 18 acuarios, una sala terrestre impresionante y una tienda de recuerdos.
Posteriormente podremos dirigirnos hacia el Castillo de Cabrera, erigido en el siglo XIV y celoso guardián del puerto de Cabrera. El faro de l’Enciola es otro de los atractivos del archipiélago, junto a restos de barcos hundidos y el conjunto arqueológico del Pla de ses Figueres, el cementerio de un monasterio y el campo de concentración de la Guerra de Independencia Española.
Para completar el recorrido, nada mejor que dirigirse al museo etnográfico-histórico Es Celler, abierto todos los días para cautivar a sus visitantes con la historia de la región, su etnografía, y en particular la exposición permanente “Home i natura a Cabrera”, una recomendación especial para cualquier visitante.