Cuando hablamos de una Mallorca diferente, alejada del estereotipo del sol y la playa, no podemos olvidarnos de su riqueza natural. Y la Serra de Tramuntana, la cordillera más famosa de la isla, debe tener un sitio preferente en este apartado. Hablamos de un territorio que nos permite realizar diferentes rutas sea cual sea nuestra edad y sea cual sea nuestro estado de forma. Una de ellas tiene como epicentro al Puig de Galatzó, una cumbre de gran singularidad de más de 1.000 metros de altitud que cada año es visitada por miles de personas.

Entre Estellencs, Puigpunyent y Calvià

La montaña del Puig de Galatzó se encuentra en la zona de Ponent y es circundada por los municipios de Estellencs -el de menos población de la isla, poco más de tres centenares de habitantes y uno de los primeros en quedarse incomunicado en época de fuertes tormentas-, Puigpunyent -famoso por su apuesta por el reciclaje- y Calvià -quizás el municipio más turístico de la isla-. Ya lo ven, las inmediaciones del Puig de Galatzó presentan un variopinto abanico de atractivos que aumentan las posibilidades de la visita.

Reserva natural del Puig de Galatzo

Un mirador a toda la isla

El Puig de Galatzó es la séptima montaña más alta de Mallorca, actúa como una frontera entre los citados tres municipios y su ascensión desemboca en un mirador sobre el que prácticamente se puede observar toda la isla. Muy característica también es la forma del cielo que lo rodea, normalmente coronada por las llamadas nubes sombrero: formaciones singulares en forma de cono achatado que se encuentran por encima de muchas montañas.

Una montaña mágica

Muchas son las leyendas que circulan sobre las inmediaciones del Puig de Galatzó. Incluso hay personas que defienden que si se realiza el ascenso a la cima desde su parte norte -más escarpada- es más que probable que el aventurero caiga en un estado de pérdida existencialista -una mini-depresión- que le abandona nada más descender por la parte sur, mucho más tranquila. Se dice que el Galatzó es una cumbre mágica, rodeada de fuerzas telúricas y magnéticas que la convierten en un escenario distinto. Diferente. Lleno de enigmas.

El “Comte mal”

La leyenda más conocida y comentada por los habitantes de las zonas cercanas al Puig del Galatzó es la del “Comte mal”. La parte histórica del mito habla de un terrateniente llamado Ramón Burgués Zaforteza, señor de un vasto conjunto de edificaciones y tierras que nación en 1627 y 1694. Los “abusos” que cometía contra la población y los litigios legales que mantuvo con instituciones como la Universitat parecen estar bien documentados. Luego llega la leyenda. Su mala fama ha desembocado en múltiples obras literarias y el mito dice que está condenado a vagar eternamente por la zona a lomos de un corcel en llamas. Perviven blasones en su nombre e incluso hay marcas en la tierra -como el corazón del “Comte mal” o la pisada de su caballo- que alimentan la leyenda.

Puig de Galatzo, Mallorca

La reunión en la cima

La leyenda también habla de encuentros en la cima mantenidos por los señores de Galatzó, Son Fortuny y Son Nét: las fincas que delimitan la montaña. Lo característico de estas reuniones pasa porque se realizaban en una mesa redonda de piedra que al parecer se encontraba en la cima y que permitía que ninguno de los tres señores saliera de sus propiedades mientras departían. Parece ser que traspasar las fronteras sin ser invitado, aunque fuera de forma accidental, no estaba bien visto en la época.

Visita a la reserva

Junto al interés histórico del lugar, la excursión al Puig de Galatzó puede convertirse en una elección más que apropiada si viajamos con niños, ya que contamos con la posibilidad de hacer una excursión a la reserva que hay en la zona. Tras el pago de la entrada podremos disfrutar de una ruta de menos de una hora de duración donde nos podremos encontrar con unas piscinas con cascadas donde refrescarnos si hace calor, con lo que la visita durante el verano gana muchos enteros. El entorno natural de la zona y sus habitantes harán las delicias de los más pequeños. Así, podemos encontrarnos con un estanque lleno de cisnes o con una zona delimitada con jaulas donde mora una familia de osos. También contamos con una zona de descanso con mesas donde tomar un picnic, un bar donde comer algo y un mini zoo, en el que nos encontraremos con especies como ciervos, burros, avestruces o cabras. Los más pequeños también disfrutarán en la zona de diversión diseñadas especialmente para ellos.

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