
Obras monumentales de gran valor religioso y arquitectónico, te presentamos las iglesias más importantes que no puedes perderte a tu paso por Mallorca. Disfruta de su rica historia y su legado medieval con nuestra lista y no olvides incluirlas en tu itinerario durante tu viaje a la mayor de las islas baleares.
Basílica de Sant Francesc
Hogar de la orden franciscana de la isla, la Basílica de Sant Francesc fue concebida en el esplendor del arte gótico, por lo que hace gala de las cualidades más representativas de este período artístico. Un nave principal complementada con capillas absidiales componen esta edificación surgida en el período de Jaime I, mientras que una planta de forma cuadrada alberga en su interior un mausoleo dedicado a las familias más influyentes de la historia mallorquina.
Junto a su herencia gótica, la Basílica de Sant Francesc también responde a un legado barroco, y en conjunto, el lugar nos adentra al pasado medieval de la isla con temáticas sepulcrales como el del Beato Ramon Llull, la sillería en madera del maestro Macià Bonafè, el retablo de Joan Desí, y las figuras capitales de la Mare de Déu del Llamp o la Virgen de Gabriel Mòger junior, surgidas en el siglo XVI.
Catedral de Santa María de Palma de Mallorca
Surgida en el período gótico, la Catedral de Mallorca, también llamada Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, es uno de los monumentos más hermosos de la región. La entrada principal de esta edificación se encuentra de cara al mar, y ha sido construida en las riberas del casco antiguo de Palma, teniendo como vecino al Palacio de la Almudaina. En su interior, le esperan al visitante tres naves, una de ellas refugio de la capilla de la Trinidad (donde se encuentran los restos de los reyes Jaime II y Jaime III).
Además, podremos encontrar la puerta Mayor y el Mirador, ubicado al sur y engalanado con esculturas del famoso Guillermo Sagrera. Junto con las esculturas, el mirador también deslumbra por su decoración vegetal, mientras que en la capilla del Santísimo, nos aguardan los vitrales y mobiliarios de Miquel Barceló o la campana N’Eloi, de más de 2 metros de diámetro.
Parroquia de Sant Miquel
Se trata de una de las iglesias parroquiales más antiguas de Mallorca. Su nombre obedece a una leyenda donde San Miguel acompañó a los cristianos para frenar el asalto a la ciudad, recibiendo entonces el nombre del arcángel y sufriendo una modificación en el 1930 que le aportaría nuevos toques góticos.
Actualmente, la parroquia consta de una portada labrada, obra del escultor Pere Sant Joan y donde destaca una escultura de San Miguel del siglo XVIII, la torre campanario, y ya en el interior de la iglesia, una de las imágenes marianas más populares de todo Palma: La Mare de Déu de la Salut. Mención aparte, merece también el Sagrario de esta edificación, objeto de visitas constantes por parte de turistas y fieles devotos.
El resto de la parroquia, lo componen obras de diversos autores importantes como las realizadas por el escultor Francisco de Herrera o la pintura de Jaume Morey encima de la bóveda del presbítero.
Iglesia de Santa Eulalia
Considerada desde el año 1931 como Bien de Interés Cultural para el gobierno y Patrimonio Histórico de España, la Iglesia de Santa Eulalia figura como un templo religioso de obligada visita para cualquier visitante de paso por la isla de Mallorca. En su interior, ocurrió uno de los pasajes históricos más importantes de la región, pues tuvo lugar la coronación de Jaime II en el año 1276 como monarca del Reino de Mallorca. En el plano arquitectónico, destacan las tres naves que constituyen la edificación, una central de mayor altura y dos complementarias a cada lado. Completan el conjunto un campanario del siglo XIX con capitel puntoso y un cúmulo de terrazas que rodean la iglesia y donde reposan imágenes típicas del medioevo como dragones, basiliscos y gárgolas. El altar mayor emana un profundo estilo barroco, al igual que las capillas del Santo Cristo de la Conquista, Santa Catalina y la Piedad de Cristo.
Iglesia de Santa Magdalena
La Iglesia de Santa Magdalena pasó de ser un hospital en el siglo XIV a convertirse hasta nuestros días en el hogar de monjas canonesas agustinas de Santa María Magdalena, quienes hoy en día ponen a la venta del público deliciosos dulces elaborados en la propia iglesia, y entre los que destacan las pastas de Santa Magdalena, las galletas de canela y nevaditos, y las rosquillas. En cuanto al diseño de la construcción, figura una atmósfera gótica muy marcada, apreciable en algunas obras medievales como el retablo de Santa Magdalena, fruto del artista Francesc Comes y compuesto por una tabla central, las tablas laterales y el pináculo central, concebido por Joan Daurer en el seno del esplendor gótico mallorquín alrededor del siglo XIV. Debemos mencionar además la tabla de Santa Helena, de Rafel Mòger, y un retablo de menor tamaño dedicado a San Juan, San Miguel y la propia Virgen.