Circundada por las aguas del mar Mediterráneo, la isla de Mallorca encierra mil y un rincones por descubrir donde el carácter náutico impregna cada metro cuadrado. Tal es el caso del puerto de Cala Figuera de Santanyí, una zona que merece ser visitada si queremos conocer la Mallorca más auténtica. Un lugar donde seguro que pasaremos una jornada diferente e inolvidable.

Un puerto en forma de Y

Una de las características principales del puerto de Cala Figuera de Santanyí es su forma orográfica: se divide en dos brazos longitudinales que trazan un territorio en forma de I griega y que está formado por las zonas conocidas como Caló d’en Busquets y Caló d’en Boira. El puerto de Cala Figuera de Santanyí también desemboca en un torrente conocido como Torrent des Homs y se convierte en una de las zonas marítimas naturales más protegidas de todas las Islas Baleares. La mezcla del paisaje marino y los acantilados que lo cubren lo convierten en un lugar único, en uno de los accidentes geológicos más grandes y cercanos a mar abierto del archipiélago.

Fotos de Cala Figuera en Santanyi

Una entrada de 100 metros

El puerto de Cala Figuera de Santanyí cuenta con una entrada que mide algo más de 100 metros al principio, pero que poco a poco va menguando conforme nos adentramos en su territorio. Sin embargo, cuando nos encontramos con los “brazos” de Caló d’en Busquets y Caló d’en Boira, el camino vuelve a ensancharse. La parte del Caló d´en Busquets se caracteriza por ser uno de los puertos pesqueros naturales más protegidos del Mare Nostrum y cuenta con un dique de 30 metros de altura que frena las acometidas de las olas durante las jornadas marcadas por una mar brava.

La presencia de los “llaüts”

Otro de los grandes atractivos de Cala Figuera es la numerosa presencia de la embarcación pesquera más típica de las Baleares: los llaüts. Hablamos de pequeños barcos de madera de cuatro metros de longitud y de forma muy característica. Aunque la aparición de las máquinas a motor causó su paulatino declive , el llaüt aún sigue muy vivo para muchos de los ciudadanos de las Baleares.

Así, en la zona pesquera más tradicional de Cala Figuera es bastante normal encontrarse con este tipo de barcas, que suelen ser propiedad de los vecinos y recuerdan la importancia de las actividades náuticas en la historia de estas islas, que permiten rememorar los tiempos de antaño donde todo era más tradicional. Más casero. Donde las cosas tenían más solera.

Redes al sol, casas blancas… un ambiente memorable

No solo los llaüts forman parte del ambiente pesquero e histórico de Cala Figuera. Cuando paseas por la zona también te encuentras con redes secándose al sol, con pequeños amarres excavados hace tiempo llamados escars, con varaderos artesanales… Te encuentras con artes pesqueras muy alejadas de las actuales. La presencia de pequeñas casitas de piedra donde los pescadores guardan sus enseres también forma parte de esta imagen de una Mallorca de hace un par de siglos.

Es Morràs y el faro de Torre D’en Bèu

Y si continuamos nuestro paseo podemos caminar por el sinuoso trazado de Es Morràs y hacer una parada ante el faro de Torre d’en Bèu. Hablamos de una construcción marítima ligada a la torre de vigía del mismo nombre y que en 1953 fue modernizada y equipada con una baliza luminosa a petición de los pescadores que aún trabajan en la zona.

Cala Figuera, Mallorca

Aguas transparentes en un entorno idílico

Y si nos acercamos hasta Cala Figuera con nuestra pequeña embarcación -u optamos por una excursión a pié- podremos disfrutar de pequeñas calas de acceso limitado -no disponen de carretera en sus alrededores- como Cala S’Almunia y Calo D’es Moro, donde el tiempo parece haberse detenido. Hablamos de lugares idílicos donde la transparencia de las aguas está plagada de un amplio tono cromático en el que los verdes y azules más puros están siempre presentes.

Fiestas patronales

Otra de las razones que te puede llevar a disfrutar de Cala Figuera son las fiestas patronales que sus vecinos organizan en conmemoración a la Mare de Déu del Carme, que tienen lugar el 16 de julio. Se desarrollan diversos actos conmemorativos, culturales, lúdicos y religiosos que tienen su punto final en una reconocida procesión marítima, para la que los vecinos engalanan sus propias barcas. De hecho, se organiza un concurso anual para premiar a la barca mejor acondicionada.

El toque del arte

Para finalizar no podemos olvidarnos de la influencias artísticas que rodean a Cala Figuera. Ha sido lugar de residencia de varios pintores reconocidos en Mallorca, por lo que se convierte en un escenario plasmado en multitud de cuadros. Bernareggi y Bússer son dos de los nombres que se asocian a a sus retratos. Así como el del poeta Blai Bonet. A su vez, durante el verano se realizan diversos conciertos con el mar como fondo, aprovechando la excelente acústica natural de la zona.

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