
El hecho de contar con más de 3.500 kilómetros cuadrados de extensión causa que la isla de Mallorca albergue municipios de todo tipo. Así podemos pasar de un lugar dedicado a la fiesta durante 24 horas como Magaluf -destino preferente entre los jóvenes ávidos de diversión- a municipios donde el paso del tiempo parece detenerse. Tal es el caso de Fornalutx, un bello rincón situado en plena Serra de Tramuntana -la “cordillera” más alta de la isla, con el Puig Major como principal cima- que hace las delicias del visitante que busca lugares con solera. Con personalidad. Con historia.
Un lugar premiado
Se trata, sin duda alguna, de uno de los rincones más bonitos de la isla. Y las administraciones y las entidades ecologistas son conscientes de ello. Así, durante los últimos años ha recibido diversos galardones: Fomento del Turismo -una de las entidades especializadas en este motor económico de las Islas Baleares- distinguió a Fornalutx en 1983 por el mantenimiento del pueblo. Ya a nivel nacional, la Secretaria General de Turismo le otorgó el segundo premio al pueblo mejor “mantenido” de España durante el mismo ejercicio. Dos años después fue el Grup Balear d’Ornitologia i Defensa de la Naturalesa -una de las entidades ecologistas con mayor calado social en el archipiélago- quién distinguió al municipio.
Calles empedradas, escalinatas pulcras
Y es que cuando visitas Fornalutx te das cuenta de que estás pisando la historia. Una sensación agrandada por sus espectaculares calles empedradas -alejadas del asfalto que puebla las grandes ciudades- y las pulcras escalinatas que nos encontramos en la parte más antigua de este histórico emplazamiento. Hablamos de trazados irregulares, típicos de los cascos históricos de las grandes ciudades y que en este caso configuran el carácter propio de un lugar que merece la pena ser visitado.
Y, como no podía ser de otro modo, la historia ha acompañado a Fornalutx. Ha sido lugar de producción agraria durante la dominación musulmana para luego llegar a pasar a manos católicas durante al Reconquista. El municipio no fue reconocido como independiente hasta finales de los años 30 del siglo XIX. Durante su historia ha estado ligado de forma íntima a la localidad vecina de Sóller, de la que dependía hasta 1837.
Producción agrícola
Otro de los grandes aspectos de este municipio mallorquín es su renombrada producción agrícola, cobrando especial importancia las famosas naranjas que se cultivan en la zona, aunque tampoco podemos olvidarnos del tradicional cultivo de los olivos de la zona. Las fincas agrícolas del lugar configuran imágenes aéreas donde la naturaleza es un eje central -el premio otorgado por el GOB en 1985 fue por la defensa del patrimonio natural- y en nuestro paseo por Fornalutx nos encontraremos con señoriales caseríos construidos en piedra con grandes portones abiertos al visitante.
El arte popular
Las macetas pueblan los balcones de estos grandes testigos arquitectónicos de la historia y se convierten en el acompañante perfecto de las conocidas tejas -bautizadas como “teules de moro”- que cubren los tejados de estas edificaciones. En este último caso, estamos hablando de resquicios de un arte popular de otra época que aún pervive gracias al buen mantenimiento de las casas del pueblo. Los motivos geométricos o florales son los más repetidos en unos elementos de decoración donde el blanco y el rojo son los colores más repetidos, aunque también se aprecian otros tonos del arco cromático.
Restaurantes, planta hotelera
Al convertirse en un punto de acogida de visitantes, Fornalutx cuenta con una más que notable planta hotelera y de firmas de restauración, donde se dará respuesta a todas las necesidades de los turistas. La gastronomía de la zona también está presente en forma de diferentes restaurantes, donde los productos de temporada ayudan a disfrutar de amenas veladas a mesa y manteles.
Fiestas populares
Las fiestas patronales de Fornalutx tienen lugar el 8 de septiembre. En los últimos tiempos se han recuperado una serie de festejos que se centran en la presencia de un buey. Y es que en los rincones de influencia mediterránea es bastante habitual la presencia de animales tradicionales en las celebraciones patronales.
Principales construcciones
La conocida como Casa de la Villa, una construcción de clara influencia medieval y de marcado carácter militar es uno de los grandes emplazamientos históricos de Fornalutx. Tampoco podemos olvidarnos de la iglesia parroquial, que presenta una mezcla de estilos: fue construida según los cánones del gótico, pero posteriores remodelaciones trajeron pinceladas barrocas al conjunto. Algo bastante habitual si tenemos en cuenta que hablamos de proyectos cuya finalización se dilataba con el tiempo.
La historia está muy presente en Fornalutx. Si busca un lugar donde pasar unas vacaciones diferentes y alejadas del mundanal ruido, quizá este sea uno de sus destinos preferentes.