En la encantadora isla de Mallorca hay mucha historia que contar a turistas y residentes. Muestra de ello son las construcciones antiguas que aún perduran y guardan en su memoria ilustres e interesantes pasajes.

En este artículo solo nos enfocaremos en tres castillos y tres torres de la isla, que no son ni remotamente los únicos, pero que sí dan una idea exacta de la mucha historia que Mallorca puede contarle al mundo.

Castillo de Alaró

El Castillo de Alaró fue erigido con fines defensivos en la cumbre de la homónima montaña, en la comarca de Es Pla.

Según la historia, la leyenda de esta fortificación está estrechamente relacionada con la proeza de Guillem Cabrit y Guillem Bassa, quienes perdieron la vida en la hoguera en el siglo XIII tras defender ferozmente el castillo y ser fieles a Jaime II de Mallorca, durante la ocupación de la isla por el monarca Alfonso II de Cataluña y Aragón. Así, el Castillo de Alaró es símbolo de la resistencia y el orgullo mallorquín.

Actualmente la fortificación es propiedad de la familia Ordinas Pou y contempla servicio de hospedería, con capacidad para cerca de 60 huéspedes. Está abierta todo el año y oferta además servicios de bar y restaurante, una manera sui géneris de disfrutar mientras se contempla la majestuosidad de la arquitectura medieval.

Torre de Cala en Basset, Mallorca

Torre de Cala en Basset

Levantada en el siglo XVI, la Torre de Cala en Basset integra, junto con la des Cap Andritxol y la de la Mola, la famosa tríada de torres edificadas para vigilar las aguas y proteger Mallorca de ataques de corsarios y piratas.

Para llegar a ella es posible tomar una de las excursiones a pie que parten del pequeño poblado costero de Sant Elm, lo cual también garantiza excelentes vistas del islote Es Pantaleu y la isla Dragonera, así como la experiencia de atravesar un espléndido bosque de pinos, al más puro estilo de película de aventuras, ambientada en el medioevo.

Una vez que el visitante termina el recorrido de aproximadamente dos kilómetros y medio, pueda quedar maravillado con la imponencia de la torre y acceder a su interior. Al final, como casi todos pensamos cuando vemos piezas de arquitectura antigua, no podrá más que decir: ya no se construye con la fuerza de antes.

Castillo de Santueri

Integrante también de la tríada anteriormente citada, el Castillo de Santueri es uno de los tres castillos de roca que aún prevalecen en la mayor isla de las Baleares, junto al Castillo del Rei y al ya mencionado Castillo de Alaró.

Situado al sureste de Felanitx, concretamente sobre los barrancos del pico del que toma su nombre, a unos 400 metros de alto, este castillo fue construido de la forma en que hoy lo vemos en 1316, como perfeccionamiento de un antiguo fuerte hecho en la etapa de dominio musulmán.

Ha sido protagonista de diversos acontecimientos históricos de la isla, los que constatan su carácter de bastión de resistencia y fuerza guerrera. Actualmente es propiedad de Salvador Vidal y aunque temporalmente estén prohibidas las visitas a su interior, el solo hecho de contemplar su fachada y estructura arquitectónica valen el esfuerzo que el itinerario para llegar a él demanda.

Torre de Canyamel, Mallorca

Torre de Canyamel

Por su antigüedad y grado de conservación, la Torre de Canyamel es imperdible. Se encuentra ubicada casi en el límite del municipio de Capdepera y según los estimados, su construcción debe haber sido bajo el dominio musulmán, aunque su desarrollo como edificación defensiva debe haberse producido durante la conquista de la isla por Jaume I, en el siglo XIII.

Con un alto de 23 metros, la torre tiene una posición estratégica que en su momento debió haber sido vital para la vigilancia de la costa, así como para refugiar y proteger a los pobladores del valle de incursiones piratas e invasiones.

Durante su historia ha servido como casa de trabajo de campo, lo que impuso modificaciones constructivas que por suerte han sido restauradas a la forma original. Actualmente ofrece el servicio de mirador, con unas vistas impresionantes sobre la bahía de la que toma el nombre, y puede ser visitada en su interior.

Torre des Cap Andritxol

Como ya vimos, esta torre forma parte de las edificaciones levantadas en Andratx para proteger las poblaciones y tierras de los ataques de piratas.

Construida exactamente entre 1580 y 1582, y elevada 180 metros sobre el nivel del mar, quizás le gane el pulso a la torre de Cala en Basset en lo que a vistas espectaculares se refiere.

Para llegar a ella el visitante puede tomar varias rutas, pero la más frecuente es la que parte de Cala Fornells y atraviesa un bosque de pinar, una travesía que se extiende por dos kilómetros y suele llevarse dos horas en total, sumando ida y vuelta.

Lo bueno de visitar esta espléndida torre, más allá de sus valores históricos y arquitectónicos, es que posibilita combinar el viaje con un chapuzón en la cala des Monjo, una playa muy bella y aún virgen pero, OJO, que es frecuentada por nudistas.

Castillo de Bellver, Mallorca

Castillo de Bellver

Este castillo, que alberga el Museo de Historia de la Ciudad e incalculables colecciones de obras de arte, es pródigo en historia no sólo de Mallorca, sino de todo el reino español. Enclavado a tres kilómetros del centro de Palma y elevado 112 metros sobre el nivel del mar, fue construido con fines de hospedar a la realeza cerca del año 1300, por orden expresa del monarca Jaume II de Mallorca.

A partir de ahí sus funciones fueron variando. Refugio de nobles y mercaderes durante las Germanías, prisión política durante la Guerra de Sucesión y militar con guarnición exclusiva en 1717, hasta que en 1931 fue cedido por el gobierno para que en él se instalara un museo de arte que ha evolucionado hasta lo que podemos ver hoy.

En sentido general, el Castillo de Bellver es imperdible para todo aquel que quiera conocer las bellezas históricas, arquitectónicas y hasta naturales de Mallorca.

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