Como parte del extenso término municipal de Llucmajor, la pequeña playa de Cala Pi se encuentra situada a lo largo de la costa sur central de Mallorca, específicamente a unos 40 kilómetros del este de la capital de Palma y el Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan.

A pesar de su aislamiento, realizar la travesía hacia Cala Pi es por lo general bastante sencillo. No obstante, debemos tener en cuenta que una vez abandonada la Autovía de Levante, las pocas millas restantes hacia la playa se componen de una serie de caminos rurales bastante estrechos.

¿Cómo llegar a Cala Pi?

Existen dos opciones para llegar a Cala Pi. La primera de ellas, y posiblemente la más conveniente, puede realizarse a través del amplio servicio de taxis disponible desde nuestra llegada al aeropuerto. El precio del pasaje no deberá exceder los 45 euros aproximadamente.

No obstante, si utilizamos un taxi, debemos tener en cuenta que este solo permite un máximo de cuatro pasajeros, incluyendo además los equipajes. Por lo tanto, para grupos mayores de visitantes, o aquellos que posean necesidades especiales, lo más conveniente es la prereserva de taxis, un servicio en el que deberemos solicitar previamente un vehículo con mayores capacidades o adaptaciones especiales para el viaje.

Cala Pi, Mallorca

La segunda opción para llegar a Cala Pi es la de prealquilar uno o varios vehículos de renta a través de las numerosas agencias que se encuentran en el aeropuerto. Conducir hasta Cala Pi por nuestra cuenta no es difícil, aunque es importante destacar que en los últimos años, el gobierno local ha modificado la denominación de las carreteras en Mallorca, por lo que llevar con nosotros un mapa de la región o informarnos previamente es sin duda algo que no debemos pasar por alto.

Emprender una travesía por nuestra cuenta hacia Cala Pi podrá tomar entre 40 y 45 minutos, incluso más, dependiendo del momento del día y el volumen de tráfico que podamos encontrar.

Cala Pi: rebelde y natural

Este escondite agreste, virgen y poco conocido de la costa sur de Mallorca se encuentra a unos 12 kilómetros (7 millas) al sur de la ciudad residencial de Llucmajor, y se trata de un complejo pacífico y de tamaño modesto, construido alrededor de una cala gloriosamente protegida, privilegiada además por su fina arena y sus aguas turquesas de ensueño.

La cala en sí, consta de unos 50 metros de ancho repletos de arena rubicunda. Para llegar al lugar, deberemos atravesar unos cien metros a pie, aunque el esfuerzo sin duda vale la pena, pues nuestra vista quedará complacida con una cala que, flanqueada a ambos lados por acantilados enormes, también se encuentra cubierta por una extensa y exquisita vegetación de pinos y enebros que sirven de protección contra los fuertes vientos de la costa.

Es por esta razón que muchos yates prefieren varar en estas costas durante los meses estivales. Aun así, Cala Pi conserva su aire salvaje y apartado, pues la región se encuentra desprovista de bares y otras atracciones, solamente acompañada por una fila de cobertizos en mal estado que le aportan un toque extra de autenticidad.

En efecto, mientras que muchas partes de Mallorca se han visto seducidas y ocupadas por grandes complejos vacacionales y un turismo desenfrenado, la costa sur ha mantenido un lado salvaje cada vez más atractivo para quienes buscan un lugar de relajación y naturaleza en su máximo esplendor.

Irónicamente, fue en este preciso enclave donde habitaron los primeros pobladores de Mallorca en épocas pasadas, atraídos sin dudas por la belleza de sus calas protegidas y bahías, su vegetación tan exuberante y sus excelentes oportunidades para cultivar la tierra.

Calas de Mallorca: Cala Pi

Lugares de interés en Cala Pi

Como mencionábamos anteriormente, no existen muchas atracciones en Cala Pi más que sus aguas cristalinas y su suave arena. Un cúmulo de casas en las inmediaciones y algunos restaurantes de comida local es todo lo que podemos destacar, aunque visitar una cercana atalaya del siglo XVII, construida para proteger la costa de ataques de pirata, puede ser una buena idea si estamos buscando vistas espectaculares de toda la cala.

Para quienes gustan de los paseos largos, de seguro disfrutarán trasladarse hasta Cap Blanc, un recorrido de tres horas a lo largo de los acantilados que nos recompensará con otras dos excelentes playas como Es Trenc y Sa Rapita.

Adicionalmente, y quizás el espectáculo más memorable de toda la región es la visita al poblado prehistórico de Capocorb Vell, un asentamiento talayótico de la edad de bronce que se encuentra a tan sólo 5 kilómetros de Cala Pi. El sitio, considerado Monumento Artístico desde 1931, nos ofrece un acercamiento a la historia temprana de la isla y puede ser visitado desde el viernes hasta el miércoles. La entrada es de 2 euros para los adultos.

Finalmente, y si contamos con un vehículo para desplazarnos, sin duda vale la pena visitar el jardín Botanicactus, pues con una superficie de 150 000 metros cuadrados, no solo se trata del mayor jardín botánico de Europa, sino que además posee el mayor lago navegable de las Islas Baleares.

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